lunes, 21 de febrero de 2011

MARCOS CERRO LA PUERTA

Marcos cerró la puerta del piso donde había estado alojado, un pequeño habitáculo con salón-comedor que separaba la cocina con una barra americana. Su salario no le permitía algo más amplio y espacioso, puesto que era el jugador nacional más barato de la plantilla.

Tras dejar las llaves en el buzón como le había señalado el casero, se dirigió a la cafetería cercana al pabellón, donde desayunaba todos los días con sus compañeros de equipo. Esta vez tuvo que hacerlo solo. El equipo había perdido el playoff de ascenso a la liga ACB contra el máximo favorito a ello, escasamente diez días antes. A pesar de que no era el objetivo del club, era inevitable sumergirse en la euforia de luchar por tal hazaña y al final, la gran temporada realizada dejo un sabor agridulce, al confirmarse el 3-0 en cancha propia.
Los dos americanos ni siquiera se quedaron a la cena del club y los pocos compañeros que aún quedaban, iban a abandonar la ciudad en los próximos días.

Marcos pidió lo de siempre, café con leche, dos tostadas y zumo, mientras ojeaba la prensa local, que abrió directamente por las páginas deportivas. En la única página dedicada al baloncesto, se alternaba la noticia de la semifinal de conferencia de la NBA, con la llamada a la selección sub 20 del que había sido su compañero de equipo y de habitación en los viajes, José Miguel Aguelo, con el que había compartido tantas horas de entrenamiento, sobre todo las que el club diseñaba para la mejora de la técnica individual de los más jóvenes de la primera plantilla que completaban los jugadores del equipo junior.

Conociendo a José Miguel, pensó que sería mejor llamarle por la noche, puesto que sabía que era muy aficionado a dormir y siendo la hora que era, no pillaría a su amigo despierto.

El camarero, gran aficionado al equipo desde pequeño, aunque no podía asistir a los partidos por estar atendiendo el local, le decía que esperaba verle allí mismo a la temporada siguiente y le insistía en que la gente le quería mucho, que su nombre había sido muchas veces coreado en el pabellón, pero Marcos no las tenía todas consigo, no quería presumir de su rendimiento, aunque sabía que había estado por encima del esperado, pero ya tendría que haber recibido una llamada del club. Además el entrenador que había recomendado su fichaje y que a pesar de haber llegado al equipo donde lo llevo, era muy cuestionado por la prensa local y de sobras era sabido que no continuaría al frente del equipo.

El regente insistió en no cobrarle, algo a lo que Marcos quería negarse. Visto que el hombre insistía, busco de su mochila de mano, unas fotos promocionales que les habían hecho a todos los jugadores y le dio un par de las suyas, una firmada para su hijo y otra dedicada con mucho cariño para el establecimiento, que el buen hombre colocó rápidamente en la esquina de la lista grande de precios que colgaba tras el mostrador.

Y empezó el viaje de vuelta a casa. A pesar de tener el coche bien cargado con sus cedes favoritos, no podía dejar de darle vueltas a la cabeza. Se acordaba de cómo se habían cumplido de sobra los objetivos de la temporada, de cómo en efecto,como le señaló el camarero, el pabellón había coreado su nombre, de la piña que fueron en el vestuario los jugadores, de lo que le apetecía ir a los entrenamientos voluntarios.

Una vez en su destino, la persona con la que más hablo en las siguientes jornadas era su representante, con el que charlaba vía móvil varias veces al día. Le comentaba que podía haber algo, de la liga ACB, que qué le parecía. Marcos no se lo creía. Pensaba que le estaba bromeando. Pero las conversaciones, siempre acababan de la misma manera, Marcos le preguntaba a su asesor, si había recibido la llamada de su anterior club y éste le decía que se avecinaban cambios en la estructura de la plantilla y que aun no habían cerrado ninguna operación.

Pero ese interés, se concretó en una oferta sería e importante. Uno de los clubs que había entrado en el playoff por el título y con una estructura sólida, le hizo una oferta por dos años y un aumento considerable de su ficha anual. Ya había dejado pasar mucho tiempo y su entorno le invitaba a que aceptara esta fantástica oferta. El tenía miedo de tomar esa decisión, aunque sabía que había trabajado mucho para ello y que no la podía rechazar.

Por la tarde ojeo internet y la noticia aparecía ya en varios medios locales. Su representante le decía que se olvidara ya del anterior club, que se tomase su tiempo, pero que era una oferta muy buena y Marcos, más por quitárselo de encima que por ganas de pensar, le pidió 48 horas.

Sabiendo como era él, que analizaba todo cuidadosamente, tenía que sopesar una oferta irrenunciable para cualquier otro joven de su edad. Esos dos días, el bueno de Marcos apenas pudo conciliar el sueño. Pero el representante, tan constante como diligente en su trabajo, llamó puntual a la hora acordada. Le contó que había hablado con el entrenador del equipo de la oferta, que estaba a punto de ser eliminado del playoff y que deseaba hablar con Marcos para comentarle su proyecto de futuro, en cuanto se consumiera tal eliminación. Y así fue. El mercado de jugadores nacionales es escaso y había que moverse rápido. El entrenador, sabía de sobras, que Marcos había dado un paso al frente en liga LEB y que posiblemente más de un equipo quisiera hacerse con sus servicios.

Roberto Sánchez, que así se llamaba el entrenador. Era un entrenador joven que poco a poco se estaba consolidando en la mejor liga de Europa. Su equipo llevaba tres años metiéndose en playoffs, y él fue artífice en las dos temporadas que llevaba al frente del equipo y el curso anterior habían llegado a la final de la FIBA CUP, en la que solo un experimentado Galatasaray les evito de un título más que añadir al baloncesto hispano. Sánchez, además de provenir de la LEB, ya formaba parte del staff técnico de la Federación Española de Baloncesto, donde el verano pasado fue el entrenador auxiliar de la Sub 17.

Roberto le expuso a Marcos, que la directiva del club, no se volvía loca, que quería crecer poco a poco, que no había presión por los resultados, que de locales era una de las pistas más difíciles de toda la liga. Le expuso que se quería que para la próxima temporada la estructura fuese de un base americano experto y el otro jugador extracomunitario, ocuparía posiciones interiores y que sería una referencia ofensiva. Le puso de ejemplos muchos jugadores jóvenes que habían pasado por el club y que hoy estaban en equipos de mayor calado, subrayándole que no le iba a regalar nada, que se lo tendría que ganar todo él.

Marcos, con la perplejidad que le causaba escuchar a una persona que destilaba profesionalidad e ilusión por un proyecto que estaba perfilando con sus propias manos, no terminaba de creerse que le estuviera pasando a él.

Roberto, se despidió, poniéndose a la entera disposición de Marcos para resolverle cualquier duda, pero sin atosigarle en que tomara una decisión, algo que encantó al joven jugador.

Al día siguiente, encendió el Messenger y estuvo hablando durante más de tres horas con su ex novia, con la que mantenía una excelente relación. La chica, jugadora de categorías amateurs, le animó a que se decidiera. Confiaba en él y sabía que estaba preparado para ello. A la mañana siguiente, llamó a su representante y le dijo que si, que preparara todo cuanto antes. El encargado de sus papeles, le dijo, que intentaría sacar un poquito más, dado que varios jugadores nacionales de su demarcación habían anunciado su retirada en este lapso de tiempo y el cupo de jugadores nacionales era escaso. Marcos que no le importaba el dinero le dijo que ni se le ocurriese, que ya había tomado la decisión y no quería ahora llevarse una desilusión.

En diez días fue a su nueva ciudad a firmar el contrato. Nada más llegar, ya vio la diferencia de trato y profesionalidad, puesto que nada más poner pie en la estación, ya le estaban esperando el Jefe de Prensa y el Gerente, a diferencia de su anterior llegada al anterior club, que tuvo que cogerse un taxi él solito. Pasó el reconocimiento médico, firmó el contrato y ya le dieron todo el planning de lo que tendría que hacer antes de incorporarse a la pretemporada, así como la forma de contacto con todo el cuerpo técnico y empleados del club.

Marcos acababa de cumplir un sueño. Tal y como era él, se acordó de toda la gente que le había ayudado en su carrera, de entrenadores que le daban consejos, del entrenador duro que tuvo, que dosificaba los refuerzos y que le ayudó a auto superarse; se acordó de sus padres, de los fisioterapeutas que había tenido, así como de muchas otras personas. En este recorrido mental por su trayectoria deportiva, se acordó asimismo de pabellones semivacíos en los que había jugado, que contrastarían con los grandes pabellones que había visto por la televisión.

Como no podía ser de otra forma, también tuvo un recuerdo para la afición de su último gran equipo, al que a pesar de jugar solo una temporada, ya consideraba como un equipo de sus amores. Este recuerdo, le impidió poder visionar otros y ya no se pudo quitar de la cabeza, las ovaciones que recibía, cuando con un partido decidido, era sustituido o los aplausos al ingresar en pista, cuando lo hacía como jugador suplente. Le gratificaba esas imágenes y al llegar al hotel, se conectó en un foro de la afición y se registró. Abrió un tema, diciendo quien era y que quería despedirse de la afición, les contó lo importantes que habían sido para él y que ojala la vida les volvería a juntar algún día. En cuanto colgó el mensaje, hizo una llamada telefónica con su móvil. Colgó y volvió al foro. En los cuatro minutos que duró la conversación, había recibido en su mensaje, cuarenta y cinco respuestas de agradecimiento y cariño y deseándole suerte, algo que le emocionó, pues no pensaba que hubiera tantas respuestas en tan breve espacio. El administrador le envió un privado agradeciéndole que se registrara y comentándole, que si quisiera, podría tener un hueco en su página para que fuera contando sus experiencias en la máxima categoría. Le pareció muy buena idea, porque era una forma de seguir teniendo contacto con esa afición que tanto cariño le había dado. Le contestó diciéndole que le enviaría una camiseta suya para que la sorteara entre los foreros.

Marcos paso la tarde haciendo turismo por la ciudad y cenando por el casco viejo, donde excepto un par de chavales jóvenes, nadie le reconoció. Se acostó pronto, porque al día siguiente, su tren salía temprano. Recogió todo y se echó a dormir feliz, puesto que su nuevo destino era RUMBO ACB.

No hay comentarios: