EL ESPIRITU DE LEON

Sábado 19 de mayo de 2007.

El Basket Zaragoza 2002 iba a afrontar su segundo partido de semifinales de ascenso a la liga ACB.
El miercoles anterior, acababa el plazo para que los abonados sacaran su plaza en los autobuses que organizaba el club.

En la primera parte de la expedición, el viaje que incluía los dos partidos, el bus iba con algo mas de la mitad de los asientos ocupados. Pero para el viaje en el día del sábado, se habían llenado dos autobuses.

El jueves, por supuesto que se animo, pero treinta y pocas personas, no pueden hacerse oír mucho a pesar de que el pabellón estaba lejos del lleno. Solo en los tiros libres locales que el público local se calla, se pudo aprovechar para que el equipo aragonés sintiera la cercanía de su afición.

Al acabar el partido, las sensaciones no eran muy positivas. Los jugadores salieron con cara de pocos amigos de los vestuarios, alguno de ellos y no es la primera vez que lo hace esta temporada, despreciando a algún aficionado que solo quería saludarle. Por otro lado, la pequeña expedición, en lugar de intentar animar a los nuestros, pensando en todo lo que aun quedaba de playoff, recriminaba su supuesta poca actitud en el recien acabado partido.

El sábado fue muy diferente. Los dos buses llegaron enseguida a la ciudad leonesa y había ganas de juntar las dos expediciones. Las horas previas por la capital castellana fue un encontrarse en todos los rincones alrededor de la catedral, a más y mas caístas. Había una calma tensa.

Poco a poco, los pequeños grupos se iban uniendo y ya empezó la marcha al pabellón, en medio de cánticos y muy buen ambiente. A las 7 estaba citado todo el mundo en la instalación, para recoger las entradas. Enseguida que empezabas un cántico, la gente lo seguía. Se empezaba a palpar que iba a ser un día grande.

Y empezó a llover de manera bestial, llegando incluso a granizar. Yo creo que esto tuvo su importancia. Los jugadores del León, fueron los primeros de llegar. No tenian aficionados suyos animandoles y por eso recibían una pitada cada vez que llegaba uno. Debe chocar jugar en teoria en casa y ser recibido así al llegar a la instalación. El bus del Cai se hizo de rogar, ya que tardó un poquito mas de lo que es habitual. La ovación fue tremenda. Antonio, el conductor, metío el vehículo en la acera, para que los jugadores se mojarán menos.
Como seguía lloviendo, ninguno de los 200 aragoneses se movía de ahí. Al abrir las puertas, seguía sin haber ambiente por parte de la afición local. Cuando salió la plantilla leonesa a calentar recibió una sonora pita. Y así todo el calentamiento. Tanto que el speaker tuvo que subir la música para evitar esos pitos a los jugadores de Aranzana.

La presentación de los jugadores del Cai, fue acompañada con un tifo de tiras de plástico que formaban la bandera de Aragón


La gente empezó sentada, pero gracias al empuje de los INCHAS LLEONS, la gente se fue poniendo de pie. Los cánticos eran constantes, compactos, con fuerza.
Vaya ganas tenía la afición. Los miembros de la peña, nos mirabamos félices de ver que la gente en Zaragoza sabe animar y no es tan fria como se le tacha.

La animación fue constante, no se diluyo ni con la media hora que hubo de apagón

Como colofón a este gran día. Los jugadores caístas, bajaron de su autobus, para despedir a los tres buses de aficionados, en un gesto que los que lo vivimos, dificilmente lo olvidaremos.

Ese espiritu de ese día es el que tiene que estar siempre presente, cuando juegue nuestro Basket Zaragoza. Esa forma de animar, de involucrarse, de sentir, de disfrutar. Lástima que el Teatro de los Sueños sea tan grande, porque el sentimiento caísta que se pudo ver en la ciudad que tiene como simbolo el mismo escudo de nuestra ciudad, es algo que tendría que estar siempre latente.

A todos los presentes en ese día. Muchas gracias.