No solo a nivel deportivo tiene problemas el Basket CAI Zaragoza esta temporada 2008-09. El cisma social está enfrentando al Director General de la entidad, con la mayor afición de Europa en número de abonados
Si hace dos partidos la afición caísta pidió de manera mayoritaria su dimisión, en este último partido en casa, hubo un elemento diferente en el ambiente habitual del pabellón Príncipe Felipe, ya que en una de las salidas de emergencia del pabellón, se colocó una seudo orquesta que no sabía muy bien a quien debía animar, puesto que tocó, por ejemplo el "A por ellos", cuando tenía posesión el Barcelona. Para más inri de su incompetencia, después de estar un rato sin tocar, cuando el partido ya estaba sentenciado a favor de los culés, tocaron una canción tan alegre como "Paquito el chocolatero", curiosamente, cuando desde las peñas del equipo se pidió la dimisión del Director General, por lo que tal petición no sonó con el clamor del día de los canarios.
Veamos, porque motivos la afición maña, está pidiendo su cabeza.
Alberto García Chapuli, que cumple su cuarta temporada como Director General, en la que ha contado con 4 entrenadores (Alfred Julbe, era casi una imposición del anterior presidente) y contratado a 44 jugadores. Lo que demuestra la poca viabilidad de sus proyectos deportivos, al fichar a una media de 11 jugadores por temporada.
Sin ir más lejos, esta misma temporada, 15 han sido ya, los jugadores que han defendido la elástica rojilla y nadie descarta que en los tres meses que quedan de competición, y debido a la situación deportiva, haya alguno más que se la enfunde. El último jugador fichado, en este caso repescado de su cesión, Quino Colom, hizo más valoración en los siete minutos del día de su debut (5) que el parche de diciembre, Carles Marco que en 4 partidos y 30 minutos no llegó a una puntuación positiva (-6)
En su segunda temporada, cuando destituyó a Chus Mateo como entrenador, protagonizó una polémica rueda de prensa en la que acusó a un periodista de que eso era una conversación de bar, cuando éste le pregunto por la no renovación de Mario Fernández (actual segundo base mejor valorado de la ACB, detrás de Crhis Thomas, estando por delante de Javi Salgado o Pablo Prigioni). En la misma rueda de prensa, se vió su prepotencia al afirmar que era el Director General con los mejores contactos del mundo.
La afortunada carambola de que Paolo Quinteros no quisiera someterse al derecho de tanteo que quería ejercer el Baloncesto León y su representante lo ofreciera a la entidad aragonesa y el cambio de formato de la competición, en la que se premiaba al primero de la liga regular, hicieron de la temporada 2007-08, una temporada mágica, en la que los buenos resultados trajeron tranquilidad y la unión entre todos los estamentos del club.
Pero esta tranquilidad ha durado poco a orillas del Ebro, a pesar del ansiado ascenso a la liga ACB. En la campaña de abonados, la sufrida afición caísta recibió un nuevo revés y otra prueba a su capacidad de aguante y sacrificio por sus colores. Si bien es cierto que en las últimas temporadas, el precio del abono se había congelado y que toda la masa social esperaba una subida considerable por el cambio de categoría, esta subida fue en muchas localidades, superior al 150%. También unos cuantos abonados situados en esquina del primer anillo del Príncipe Felipe, vieron como sus localidades se recalificaban a Tribuna, en lugar de fondo, por lo que su asiento para ver al CAI, tuvo una importante subida extra, con la indignación que esto conlleva.
El club, con siete años de existencia, en su andadura en la liga LEB, presumía de que tenía una estructura profesional y que era un club ACB en liga LEB. Pero una vez, en la máxima categoría, ésta le ha quedado grande al club. Nada más empezar la temporada, los accesos a un pabellón que tiene que acoger a 10.000 socios, no funcionaban correctamente, por escasez y mal funcionamiento de los tornos de acceso. Así en pleno mes de noviembre y con la visita del Real Madrid, la mayoría de la afición no había conseguido acceder a su localidad hasta pasado el primer cuarto. Durante la temporada se han tenido que cambiar numerosos carnés al estar defectuosos y no ser leídos por los tornos.
El trato a las distintas aficiones visitantes, tampoco ha sido nada satisfactorio. La fuenlabreña que se desplazó en masa, vio como una de sus peñas, con el partido empezado, daba vueltas y vueltas por el pabellón, hasta que les pudieron encontrar un sitio.
En lo deportivo, se le achaca al Director General, que fichara a un joven base que debutaba en Europa que debía ser el encargado de dirigir el timón rojillo. Y también que no supiera buscar soluciones, dado el pobre juego del equipo, y que le han llevado a ganar un partido de los últimos 12 disputados.
En plena racha de resultados negativos, se anunciaba que el contrato de García Chapuli que expiraba este mes de junio, se convertía en indefinido. Algo no muy entendible dado el momento de anunciarse. Además desde los altos mandos del club, ya sea, el mismo Director General, como su presidente Reynaldo Benito, se dice que la situación económica del club no es la más boyante para afrontar un fichaje que refuerce el equipo.
Pero aun con esos registros, el CAI, con solo 5 victorias conseguidas, no ha entrado aun en zona de descenso. La permanencia pasa por el Príncipe Felipe, donde tienen que pasar 4 de los 5 rivales con los que los maños se jugaran el descenso: Menorca, Bruesa Guipúzcoa, Cajasol y C.B. Murcia. En esos partidos, seguro que desde el club, se hace un llamamiento a la afición, para que apoye al equipo.
Así ha sido. El club ha organizado una reunión con los Jefes de Deportes de diferentes medios para pedir que apoyen a la afición. El término usado, no fue precisamente el más adecuado, al decir que los medios deberían “educar” a la afición, algo que no ha gustado a la sufrida afición maña. Y ésta seguro que responde, porque se es consciente de la importancia suprema de esos partidos. Pero las condiciones de partida, no son nada buenas. Desde el club, no debería desgastar más a una afición, ya muy cansada de los gestores de su equipo y de los continuos vaivenes y decisiones sin rumbo, ni lógica. Por eso, unos malos resultados, podría provocar una mayor hostilidad desde la grada hacía el palco del Príncipe Felipe, la cual ya se ha cansado del trato recibido por su directiva y ya está señalando con su dedo, al máximo culpable.
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